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Dept. Q, el nuevo gran acierto de Netflix: una serie policiaca que debes verla cuanto antes

Es un título que corre a cargo del creador de Gambito de Dama y que cuenta con varias actuaciones que son de una alta calidad.

Serie policiaca Dept. Q de Netflix
Iván Martín Barbero

Si eres de los que no se pierden un buen thriller policíaco, probablemente ya hayas oído hablar de Dept. Q, la última apuesta de Netflix que está dando mucho de qué hablar. Si no es así, hay que remediar eso debido a que posiblemente esta sea una de las creaciones más llamativas que han llegado al catálogo de la plataforma de vídeo en streaming de la que hablamos.

Adaptada por Scott Frank, el creador de Gambito de dama, y basada en la exitosa saga de novelas del danés Jussi Adler-Olsen, esta serie se ha convertido en un inexcusable tanto para los amantes del género negro como para quienes buscan una ficción adulta, compleja y emocionalmente intensa. Pero, ¿qué es lo que hace a Dept. Q una de las mejores series de Netflix en lo que va de año?

Una adaptación literaria con sello propio

Esta no es una adaptación cualquiera. Las novelas de Adler-Olsen llevan años cautivando a lectores de todo el mundo, y su salto a la pantalla no ha sido menos ambicioso. Scott Frank, conocido por su capacidad para dotar de profundidad psicológica a sus personajes y su manejo magistral del suspense, ha sabido trasladar el universo de Carl Mørck a un contexto británico -concretamente a Edimburgo-, sin perder la esencia nórdica del material original.

Detectives en la serie Dept. Q de netflix

Esta traslación geográfica ha resultado ser un producto híbrido que combina el frío existencial del noir escandinavo con la atmósfera húmeda y gris de Escocia, logrando una identidad visual y narrativa muy potente.

Personajes complejos y muy humanos

Uno de los grandes aciertos de Dept. Q es su protagonista, el comisario Carl Mørck, interpretado por un Matthew Goode en estado de gracia. Este no es el típico héroe; es brillante, sí, pero también sarcástico, hosco y emocionalmente roto. Tras sobrevivir a un tiroteo que deja a un compañero muerto y a otro paralizado, el policía del que hablamos es relegado al sótano de la comisaría, donde se convierte en el único miembro de un nuevo departamento encargado de casos sin resolver. Esta premisa, lejos de ser un cliché, se convierte en el motor de una exploración profunda sobre el trauma, la culpa y la redención.

Junto a él, destacan personajes como Akram Salim (Alexej Manvelov), un inmigrante sirio con un pasado misterioso que aporta una mirada fresca y necesaria sobre la diversidad en las fuerzas policiales. Y también está la joven detective Rose Dickson (Leah Byrne), que se encuentra en Dept. Q una segunda oportunidad para demostrar su valía. La interacción entre estos tres personajes es uno de los pilares de la serie, y su evolución a lo largo de los episodios resulta tan interesante como el propio caso que investigan.

Una narrativa que engancha desde el primer minuto

La serie arranca con un episodio impactante: un control de bienestar rutinario se convierte en una tragedia cuando un desconocido irrumpe en la escena y dispara a los policías presentes. Esta secuencia, rodada desde la perspectiva de la cámara corporal de un agente, marca el tono de la serie: realismo, tensión y una sensación constante de peligro. A partir de ahí, Dept. Q alterna entre la investigación policial y las vidas personales de los protagonistas, especialmente la de Merritt Lingard (Chloe Pirrie), una fiscal acosada por amenazas anónimas mientras intenta cuidar de su hermano discapacitado.

Imagen de la serie policiaca Dept. Q de Netflix

El ritmo de la serie de Netflix es deliberado, casi meticuloso. Cada episodio aporta nuevas piezas al rompecabezas, obligando al espectador a prestar atención a los detalles y a cuestionar las motivaciones de todos los personajes. Esta estructura, lejos de resultar lenta, refuerza la sensación de estar ante una investigación real, donde las respuestas no llegan de inmediato y cada avance tiene un coste emocional.

Una mirada adulta al género policíaco

A diferencia de otras series del género, Dept. Q no se conforma con ofrecer un misterio intrigante. Aquí, el foco está puesto en cómo los crímenes afectan a quienes los investigan. La serie explora temas como la salud mental, el aislamiento, la xenofobia y la presión mediática sobre la policía. El personaje de Carl Mørck es, en muchos sentidos, un reflejo de las heridas invisibles que deja el trabajo policial, y su relación con sus compañeros y con los testigos del caso es tan importante como la resolución de este.

Por otro lado, la ambientación lograda por Netflix juega un papel fundamental: la Edimburgo de Dept. Q es sombría, lluviosa y llena de secretos. La fotografía y la música refuerzan ese tono oscuro, casi opresivo, que recuerda a los mejores exponentes del noir contemporáneo. No es casualidad que la crítica haya comparado la serie con clásicos como The Killing o Broadchurch.

Una apuesta que no debes perderte

Uno de los aspectos más personales de la serie es el tratamiento realista de la labor policial. Dept. Q no recurre a trucos fáciles ni a resoluciones inverosímiles; al contrario, muestra el trabajo de investigación como un proceso arduo, lleno de callejones sin salida y de decisiones difíciles. La serie también se toma el tiempo para explorar el impacto de los crímenes en las víctimas y en sus familias, aportando una dimensión humana que a menudo se echa en falta en otras producciones.

Por todo esto, Dept. Q se ha consolidado como una de las mejores series policíacas de Netflix en 2025, una obra imprescindible para quienes buscan algo más que un simple “quién lo hizo”. Sin duda, es altamente recomendable.

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