La IA de Sony se apodera de Wimbledon: el torneo contará con 12 cámaras que sustituirán a los jueces de línea
El contrato con el Gran Slam representa una victoria para la empresa por fortalecer su oferta de entretenimiento
Los jueces de línea no cantarán out en la Centre Court, pista central de Wimbledon. Durante la edición de este 2025, la competición ha implementado novedades: un total de 12 cámaras de Sony se colocarán sobre la hierba y contarán con un sistema de inteligencia artificial para identificar la trayectoria de la pelota, con el fin de proporcionar un análisis del juego y un arbitraje más precisos. El campeonato por excelencia del tenis ha contratado a Hawk-Eye Innovations, compañía adquirida por Sony en 2011, que ya opera en un total de 25 deportes, entre ellos el fútbol y el béisbol.
La demanda es alta, en parte debido a la creciente presión por acortar los partidos y mantener la atención del público, según Fumiatsu Hirai, jefe del área de Entretenimiento Deportivo de Sony. Otro factor es la escasez de árbitros desde la pandemia, que provocó una ola de renuncias, explicó. Los árbitros humanos también enfrentan cada vez más críticas —incluso amenazas de muerte— a medida que aumentan el acoso en línea y las apuestas deportivas. “Los pedidos de automatización son cada vez más fuertes”, dice Hirai.
El contrato con Wimbledon representa una victoria para el esfuerzo de años de Sony por fortalecer su oferta de entretenimiento mediante la adquisición de empresas de tecnología deportiva. La empresa con sede en Tokio está interesada en más adquisiciones para ampliar su portafolio en tecnología relacionada con el deporte, afirmó Hirai. “Si encontramos algo atractivo, querríamos hacerlo”, explicó sobre la posibilidad de futuras adquisiciones, sin dar más detalles.
En 2011, Sony compró Hawk-Eye, una empresa fundada en 2001 por científicos que investigaban trayectorias de cohetes. Su sistema de detección de líneas —que usa datos de cámaras para determinar instantáneamente dónde cae la pelota y la posición de los pies del jugador durante los saques— ya se utiliza en el Abierto de Australia y el Abierto de Estados Unidos. Wimbledon ya había usado anteriormente esta tecnología para asistir a jueces y árbitros. Se espera que el sistema de Hawk-Eye también proporcione mediciones virtuales de avances en la línea ofensiva de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) este año.
La división deportiva de Sony, que tuvo ventas inferiores a los 140 millones de dólares en el año fiscal que terminó en marzo de 2022, representa una pequeña parte del portafolio de negocios de Sony, que genera ventas anuales de alrededor de 92.000 millones de dólares, abarcando desde videojuegos y música hasta películas y semiconductores. Pero el negocio está creciendo de manera constante, superando la tasa de crecimiento anual objetivo del 17 % para los cinco años hasta marzo de 2027, según Hirai, quien no quiso dar más detalles.
Después de adquirir Hawk-Eye, Sony compró la empresa de análisis de datos Beyond Sports en 2022 para ofrecer entretenimiento deportivo más inmersivo. En 2024, adquirió KinaTrax Inc., que utiliza tecnología de captura de movimiento para proporcionar datos de rendimiento biomecánico a los atletas.
Se proyecta que el mercado global del deporte crezca hasta unos 651.000 millones de dólares para 2028, un aumento de más del 30 % en comparación con 2023, según la empresa de pronósticos Research and Markets, con sede en Dublín. Los equipos están aprovechando los datos biométricos para mejorar las condiciones físicas y mentales de los atletas.
Hawk-Eye, que también ofrece transmisiones deportivas interactivas a través de su unidad Pulselive, lidera actualmente el campo de la tecnología deportiva, según Mitsuru Tanaka, profesor asociado de la Universidad Shobi. Esa posición de liderazgo quedó demostrada cuando la Major League Baseball decidió hace unos años cambiar del sistema basado en radar de la empresa danesa TrackMan al de Hawk-Eye para el seguimiento de la pelota y los jugadores, señaló.
Pero el ritmo de la innovación y las bajas barreras de entrada representan riesgos, advirtió Tanaka. “Sigue existiendo el riesgo de que Hawk-Eye pierda su liderazgo en el mercado con la aparición de tecnologías superiores”, dijo.
