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La tribuna de los fondos
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Los ETF se desmelenan: la gestión activa llega para quedarse

Estos productos combinan una administración profesional con una estructura flexible y barata, lo mejor de dos mundos

Billetes de euro y dólar.

La industria de la gestión de activos no deja de evolucionar y adaptarse a los tiempos. En 2024 alcanzó otro récord: nada menos que 128 billones de dólares en activos gestionados en todo el mundo, según datos de Boston Consulting Group. Y, en este universo tan inmenso, los grandes protagonistas que están ganando cada vez más espacio son los ETF y, en especial, los de gestión activa.

Hoy en día, la tarta de los activos gestionados se reparte así: un 60% sigue en manos de la gestión activa tradicional, un 25% está en productos indexados y ETF, y el 15% restante va a activos alternativos como capital privado o deuda privada. Pero lo interesante no es solo el reparto, sino hacia dónde se está moviendo el dinero.

En Estados Unidos, los ETF ya suman más de 10,5 billones de dólares y, dentro de ellos, los de gestión activa superan ya el billón. Lo más sorprendente es que en 2025, por primera vez, más del 80% de los nuevos ETF lanzados han sido de gestión activa. Esto quiere decir que el mercado está apostando fuerte por este tipo de producto. Además, los ETF de gestión activa captaron el 27% de todos los flujos netos hacia ETF en 2024, una muestra clara del creciente apetito de los inversores por estrategias más dinámicas, pero sin renunciar a la liquidez, la transparencia y la facilidad de negociación de los ETF.

¿Y por qué tanto interés? Pues porque este tipo de ETF combina lo mejor de dos mundos: por un lado, la gestión profesional y activa (un equipo decide qué comprar y qué vender para intentar hacerlo mejor que el mercado) y, por otro, la estructura flexible y barata de los ETF. A diferencia de los fondos de inversión tradicionales, que no se pueden comprar o vender en cualquier momento del día, los ETF cotizan en Bolsa como una acción y sus comisiones suelen ser más bajas. Es como si el fondo de toda la vida se hubiese modernizado.

Este fenómeno no es exclusivo de EE UU. A nivel global, los ETF de gestión activa ya sumaban 32.200 millones de dólares en entradas netas en los primeros meses de 2025 por sí solos. En Europa también se han hecho notar: en 2024 captaron 20.000 millones de dólares, casi el triple que el año anterior.

En España, el crecimiento es más tímido, sobre todo por cuestiones fiscales. A diferencia de los fondos de inversión, los ETF no permiten traspasos sin tributar, lo que frena mucho su adopción entre los inversores particulares. Aun así, se empieza a ver mayor interés, especialmente en los ETF activos de renta fija, y el auge de plataformas digitales y neobrókeres está facilitando el acceso y despertando el interés de un público más amplio. Si España sigue el ritmo de otros países europeos, es cuestión de tiempo que estos productos ganen peso también aquí.

Entre los grandes nombres que lideran este segmento, destacan algunas gestoras que se han tomado muy en serio esta tendencia. JP Morgan Asset Management es la reina del mercado europeo de ETF activos, con una cuota del 52,6%, y ha sabido captar flujos de forma constante gracias a productos innovadores. Pimco, con su enfoque en renta fija, ha consolidado su presencia tanto en EE UU como en Europa. Fidelity International, por su parte, ha reforzado su posicionamiento con un 11,5% de cuota en Europa y una oferta cada vez más amplia. Y Amundi ha apostado por estrategias sostenibles y temáticas, consolidando su papel como actor relevante en el continente.

Dentro de los productos más populares, merece la pena mencionar dos ejemplos de éxito: el JPMorgan Equity Premium Income ETF (JEPI), que ya acumula 36.000 millones de dólares en patrimonio y se ha convertido en el ETF activo más grande del mundo, y el JPMorgan Nasdaq Equity Premium Income ETF (JEPQ), que está creciendo a un ritmo vertiginoso.

En resumen, los ETF de gestión activa están posicionándose como una solución intermedia entre los fondos tradicionales y la gestión pasiva. Ofrecen más agilidad, acceso a estrategias especializadas y una mayor capacidad de adaptación al entorno de mercado, aunque a cambio de comisiones algo más elevadas y sin garantía de batir al índice. En EE UU. han despegado con fuerza gracias a un entorno fiscal favorable y una cultura inversora más madura. En Europa y España, su avance es más lento, pero constante. Para muchos inversores, estos productos representan una nueva herramienta para diversificar la cartera con inteligencia, flexibilidad… y sin complicarse demasiado.

Además del fuerte crecimiento reciente, es importante destacar que los ETF de gestión activa todavía representan una porción relativamente pequeña del total de ETF –apenas el 7% del patrimonio global–, aunque su ritmo de crecimiento es muy superior al de los productos pasivos. Esta dinámica refleja una transformación estructural del sector: los inversores no solo buscan eficiencia en costes, sino también soluciones con más agilidad y control.

Parte del atractivo para las gestoras es que los ETF activos les permiten competir en el segmento de productos más baratos sin abandonar del todo la gestión profesional. De hecho, la presión sobre los márgenes tradicionales ha empujado a muchas firmas a innovar en este formato, ya que combina cercanía al cliente con rentabilidad sostenida.

Otro frente prometedor es el uso de estos vehículos para acercar activos privados o alternativos al inversor minorista. Si bien aún es incipiente, se espera que los ETF activos evolucionen para incluir estrategias mixtas o incluso estructuras híbridas público-privadas.

Y, como guinda del pastel, la tecnología está revolucionando el sector. La inteligencia artificial ya se está utilizando en la construcción de carteras y análisis predictivo, haciendo que los ETF activos no solo crezcan, sino que lo hagan con inteligencia. Con todo esto, los ETF de gestión activa no son una moda pasajera. Son el futuro modernizado de la gestión activa.

Rafael Ciruelos es socio y director de selección de fondos de Diaphanum

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