Las claves: el motor afronta su enésima plaga con recortes de empleo

Unos 35.000 de Volkswagen; 4.000 de Ford en Europa; 20.000 de Nissan y otros 1.000 de General Motors en Estados Unidos. Estas no son las cifras de ventas de coches eléctricos de estos fabricantes, aunque algunos no estarían muy lejos, sino las de despidos anunciados en los que va de año. El automóvil afronta vacas flacas, muy especialmente en Europa: en 2019, se matricularon en el Viejo Continente, Reino Unido incluido, 15,34 millones de vehículos. El año pasado fueron 12,58 millones.

El sector lleva unos años en los que se le van acumulando las plagas: a la difícil transición al eléctrico del sector, que lleva ya años en esa lucha, se sumaron los problemas de abastecimiento por la falta de chips y, por supuesto, la pandemia. Ahora que pueden producir a la altura de la demanda, los grandes fabricantes se encuentran con que tienen nuevos competidores, las marcas chinas, que construyen más y más rápido, pero, sobre todo, más barato. Y, por si fuera poco, el mundo se adentra en una nueva y más difícil era comercial. No es de extrañar que con este panorama se reduzcan plantillas.

La rebaja de la nota de la deuda de EE UU refuerza una inquietante posibilidad

La rebaja del rating de la deuda estadounidense por parte de Moody’s pone su nota al nivel de la de Fitch y la de S&P, que bajaron las suyas cuando no gobernaba Donald Trump: en 2023 y 2011, respectivamente. Su excesivo endeudamiento viene, pues, de lejos. Lo novedoso puede ser lo que esté dispuesto a hacer esta Administración, y cómo, para afrontarlo. Algunos expertos hablan ya de que la Casa Blanca amenazará con mantener unos aranceles disparados y con retirar su protección militar si los bonistas no aceptan cambiar sus valores por títulos a 100 años poco o nada remunerados.

UnitedHealth, un aviso para la sanidad de EE UU... y las del resto de Occidente

Los sistemas sanitarios de Occidente tienen cada vez más problemas, pero el de Estados Unidos se lleva la palma, por su compleja red de intermediarios, que inflan los precios de manera no demasiado transparente. En ese contexto, la crisis de UnitedHealth, provocada por el asesinato de un ejecutivo y una investigación por fraude en la fijación de precios, podría ser el canario en la mina de una más general del sector. Los tratamientos son cada vez más caros, mientras los usuarios y el propio Estado están cada vez más endeudados. La Casa Blanca pretende rebajar el coste de los medicamentos, pero no está claro cómo lo va a conseguir. Del otro lado del Atlántico, los gestores sanitarios harían bien en tomar nota, por si hay moraleja.

La frase

Alemania está dispuesta y es capaz de cumplir con sus obligaciones [hacia la OTAN]. Trump pidió un 5% del PIB de gasto en defensa, y nosotros le seguimos en eso

Johann Wadephul, ministro de Exteriores alemán

Antes de redefinir la soledad lo suyo sería abordar el problema

Por muchas personas que acudan a los modelos de inteligencia artificial generativa para contarles sus problemas, y por muchas que acaben generando una peligrosa relación parasocial con ellas, estos siguen siendo la cara visible de una base de datos, y sus respuestas no son más que la contestación con más probabilidades frente a unas palabras dadas. Hasta aquí –y eso no las hace menos impresionantes– las inteligencias artificiales. En ello insiste el biólogo y físico Ricard Solé, que sostiene que la IA, paradójicamente, no es inteligente. “Tal vez hay que redefinir la soledad”, subraya en una entrevista el experto. El problema con redefinir los conceptos es que es una fácil alternativa a abordar los problemas que conllevan.