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Financiación

Rebote en la deuda de EE UU: los bonos respiran por la tregua comercial, pero el miedo no se acaba de disipar

Los inversores siguen en guardia por la amenaza de recesión y la presión sobre la Fed, después de que la rentabilidad del bono a 30 años se haya reducido 20 puntos básicos en un mes

El presidente de EE UU, Donald Trump, junto al Secretario de Defensa, Pete Hegseth, y el Secretario de Estado, Marco Rubio. REUTERS
Gema Escribano

Un mes después de que Donald Trump cediera a la presión de los mercados y aprobara una tregua parcial de 90 días, las delegaciones de EE UU y China han comenzado las negociaciones. La suspensión temporal de los aranceles y el fin de las amenazas contra Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, han contribuido a calmar los ánimos y contener la venta de activos estadounidenses.

El dólar y los bonos —tradicionales refugios en tiempos de crisis— comienzan a recuperarse tras el desplome registrado el Día de la Liberación. El rendimiento de la deuda estadounidense a 10 años ha bajado al 4,36% desde el 4,5% alcanzado en el pico de tensión, mientras que la referencia con vencimiento en 2055 ha retrocedido al 4,8% desde el 5% que llegó a rozar. Según Beka, estos precios reflejan una probabilidad de recesión del 30%.

También se han estabilizado la renta variable, el dólar y la volatilidad. El S&P 500 ha vuelto a niveles similares a los registrados el 2 de abril, antes de que Trump sacudiera el orden económico mundial, mientras el billete verde se cambia 1,12 unidades por cada euro, frente al máximo de 1,15 que marcó en abril. Por su parte, el conocido índice del miedo, el Vix, ha caído a los 22 puntos tras alcanzar los 52 en los momentos más críticos. “Vivimos niveles de aversión al riesgo comparables a los de crisis financieras recientes”, explica Samuel Pérez, analista de Tressis.

A medida que la Casa Blanca modera el tono, la confianza va regresando al mercado y los inversores frenan la salida de fondos de EE UU. Pero los analistas advierten que reconstruir la estabilidad llevará tiempo. “Los riesgos de recesión siguen vivos”, remarca David Azcona, economista jefe de Beka. El experto recomienda a los inversores no dejarse llevar por la euforia y pide prudencia.

“Seguro que veremos buenas noticias sobre acuerdos bilaterales para reducir los aranceles, pero no debemos olvidar que las trabas internacionales continuarán siendo las más altas desde 1930”, señala. En el mejor de los escenarios, los analistas de JP Morgan AM esperan que la tarifa media baje del 20%, frente al 25% que arrojan los aranceles comunicados el 2 de abril.

La Reserva Federal quiso quitar hierro a la contracción que experimentó el PIB en el primer trimestre y remarcó que la economía sigue siendo sólida. A pesar de este optimismo, Powell reconoció que los riesgos de inflación y desempleo habían aumentado. “El consenso sobre las previsiones crecimiento para los próximos trimestres ha caído muy por debajo del 1% y ha aumentado el riesgo de que se produzcan más impresiones negativas”, advierte RJ Gallo, gestor senior de renta fija en Federated Hermes.

En las próximas semanas, la política comercial empezará a compartir el protagonismo con la negociación de los primeros presupuestos de la Administración Trump. El proyecto presentado 3 de mayo confirma que las cuentas estarán marcadas por el aumento del gasto en defensa y seguridad nacional combinado con los recortes en educación, ayuda exterior, medio ambiente, salud y asistencia pública. Terry Ewing, responsable de renta variable de Mediolanum International, indica que hasta la fecha los mercados solo han reaccionado a la agencia internacional de Trump, la parte más lesiva de su programa.

Las medidas fiscales, en el punto de mira

El plan fiscal, que contemplaba la rebaja de impuestos a las empresas y a los más ricos, sigue en el aire. Las últimas informaciones aparecidas en prensa apuntan a un paquete más descafeinado. El Financial Times recoge que el presidente está estudiando aumentar el impuesto a los que ganen más de 2,5 millones de dólares al año. “El equipo de Trump está limitado por déficit comercial y presupuestarios mucho mayores que los de cualquier presidente en la historia. Esta es la gran diferencia con el primer mandato de Trump y no pasa desapercibido al mercado de bono”, explica Ewing.

El mercado de deuda es clave a la hora de condicionar las decisiones políticas y si no que se lo pregunten a Lizz Truss. La primera ministra británica se vio obligada a retirar sus planes fiscales después del hundimiento del mercado de bonos que obligó al Banco de Inglaterra a intervenir para frenar la venta de activos británicos.

El consenso del mercado espera que la inestabilidad siga dominando el mercado, pero descartan una venta acelera de bonos como la vivida en las primeras semanas de abril. Felipe Villarroel, gestor de TwentyFour, Boutique de Vontobel, señala que lo acontecido se debió en gran medida a las ventas de los hedge funds o fondos especulativos que buscaban ganar dinero con la diferencia entre el precio al contado de los bonos y sus futuros. Es decir, lo que en la jerga financiera se conoce como operaciones de arbitraje. “Por el momento la presión vendedora producto de estas posiciones parece haberse calmado, pero no se puede descartar que si hay volatilidad en el futuro ocurra algo similar”, advierte. El experto que hasta que expire la tregua (8 de julio), la renta fija estadounidense seguirá siendo 100% dependiente de los que ocurra con los aranceles.

Villarroel considera clave la independencia de la Fed. El gestor cree la institución va a seguir más enfocada en la inflación que el crecimiento, a no ser que vean datos de desempleo significativamente peores que los actuales. A cierre de abril, la tasa de paro permanecía anclada en 4,2%. “Por ahora el mercado asume que Trump va a seguir haciendo declaraciones contra Powell y la Fed, pero que Powell se va a quedar hasta el fin de su mandato”, destaca.

Las expectativas de rebaja de tipos mantienen divididos a los expertos. Ray Sharma-Ong, responsable de inversión multiactivos para el sudeste asiático de Aberdeen Investments, cree que el primer recorte de tipos llegará en julio o después. “El impacto de los aranceles en la economía tardará varios meses en reflejarse”, destaca. Por su parte, Deborhan Cunninghan, responsable de mercados monetarios para Federated Hermes, apunta a tres reducciones del precio del dinero en el segundo semestre del año. Lo que queda descartado es una eventual subida de los tipos como se llegó a pensar a principios de año.

Sobre la firma

Gema Escribano
Periodista económica, con 13 años de experiencia como redactora. Formó parte de la web de Cinco Días desde 2010 hasta 2017 cuando pasó a integrar la sección de Mercados. Especializada en información bursátil y mercado de deuda. Estudió periodismo en Universidad Carlos III.
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