Ir al contenido
_
_
_
_

El efímero sueño de un hotelero malagueño que quiso hacer cruceros de lujo

Alma Cruceros, que inició sus operaciones en el puerto de Málaga el 20 de abril, solo ha podido operar dos semanas hasta que le embargaron el barco por unas deudas

Exterior del Ocean Victory, el primer barco de la compañía Alma Cruceros.
Carlos Molina

Elisardo Sánchez, fundador del grupo hotelero Premium, que cuenta en la actualidad con dos hoteles y dos edificios de apartamentos en Málaga, ha visto cómo su sueño de crear una naviera boutique (Alma Cruceros) que realizara viajes de lujo desde Málaga y Barcelona se ha esfumado en apenas dos semanas. La compañía inició sus operaciones el pasado 18 de abril en un viaje desde el puerto de Las Palmas de Gran Canarias a Málaga a través del barco Ocean Victory, un buque con 93 cabinas y 186 pasajeros, que era propiedad de una naviera estadounidense que hacía viajes por La Antártida y que quebró tras la pandemia.

En una entrevista con Cinco Días previa al inicio de las operaciones, Sánchez reconoció que había alcanzado un acuerdo con el armador (Sunstone Ships) para hacer uso de la embarcación durante la temporada de verano [del 17 de abril al 17 de octubre], mientras que en invierno sería utilizado por otra compañía (Albatros Expedition) para viajar a la Antártida y Alaska. En esos seis meses, los primeros recorridos serían desde Málaga para recorrer la costa andaluza y el norte de Marruecos, mientras que con la llegada del verano las salidas serían desde el puerto de Barcelona con destino a Costa Azul, Córcega y Cerdeña. El buque contaba con seis espacios gastronómicos dirigidos por los chefs Martin Berasategui y Paolo Casagrande, que suman 15 estrellas michelín entre ambos, por lo que se había situado en un segmento de lujo con precios que oscilaban entre los 2.000 y los 4.000 euros por persona por una semana de viaje.

Todo se empezó a torcer el 9 de mayo. Con solo dos semanas de operativa, la naviera comunicó a los agentes de viajes que tenían clientes para embarcar el 11 de mayo que la salida prevista para ese día se cancelaba sin previa justificación. El barco se quedó parado en el puerto de Málaga hasta el 20 de mayo, fecha en la que fue embargado por las autoridades competentes, lo que supuso la inmovilización de la nave.

Fuentes empresariales consultadas por este periódico apuntan a que la causa de esa retención fueron los impagos acumulados hacia el consignatario del barco (Lantimar Group). El consignatario es el representante legal del barco en el territorio donde opera y el que se encarga de adelantar todos los pagos de la compañía cuando atraca en un puerto, como el abono de tasas portuarias o servicios. Entre ellos, la gestión de los permisos que necesite la embarcación para entrar y atracar en el puerto o contratar y gestionar los servicios de aprovisionamiento del buque, que incluyen desde los alimentos para la tripulación hasta el suministro de productos de limpieza, repuestos básicos, productos de mantenimiento y combustible.

Esas mismas fuentes precisan que el consignatario acudió a un juez para solicitar el embargo del barco, lo que es considerado como un procedimiento habitual para forzar el pago de las deudas, y que este lo aprobó, con la imposición de una fianza para limitar el posible perjuicio a la naviera. La fianza no se abonó ni por el armador ni por parte de Alma Cruceros y la embarcación puso rumbo a Gibraltar, donde llegó el pasado martes. “Todo apunta a que el barco va a ser subastado para afrontar el pago de las deudas”, precisan esas fuentes. Preguntado por este periódico por las causas que han provocado el embargo y las posibles consecuencias, el presidente de Alma Cruceros limitó su valoración a dos frases: “Estamos trabajando en solucionarlo. Informaremos próximamente”.

Atrás parece que quedan definitivamente los planes de crecimiento diseñados para Alma Cruceros, que pasaban por vender 1.700 de las 2.400 cabinas disponibles para el primer verano, lo que suponía lograr una ocupación del 70%, y por adquirir tres nuevas embarcaciones, todas ellas de nueva construcción, y que iban a ser entregadas de forma secuenciada en 2028, en 2030 y en 2032.

Junto al empresario hotelero que creó la compañía, la Fundación Unicaja es la otra afectada, ya que se hizo en marzo con un 35% de las acciones de una crucerista que parece abocada a la suspensión de pagos. Otra incógnita se refiere a las posibles reclamaciones de los clientes que hubieran comprado viajes y que ahora ven cómo el barco en el que iban a realizar el crucero está embargado y será subastado para poder hacer frente a las deudas acumuladas.

Sobre la firma

Carlos Molina
Periodista de la sección de Empresas, especializado en hoteles, turoperadores, agencias de viajes y aerolíneas. Trabajó en la sección de Especiales entre 2001 y 2005 y escribió sobre comercio exterior, política económica y macroeconomía en la sección de Economía entre 2005 y 2015. También ha trabajado en ABC, Interviú y el diario Mediterráneo.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

_
_