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Los Siete Magníficos dominan el juego: por qué las grandes tecnológicas vuelven al foco inversor

Los analistas apuestan de nuevo por el protagonismo de la inteligencia artificial como motor de los resultados empresariales. Goldman Sachs prevé que las grandes tecnológicas superen al S&P 500 en Bolsa en 2025

Las grandes tecnológicas vuelven a dominar el escenario inversor. Tras un comienzo de año marcado por la incertidumbre económica y el golpe que supusieron las políticas arancelarias anunciadas por la administración de Donald Trump, los llamados Siete Magníficos (Alphabet, Amazon, Apple, Microsoft, Meta, Nvidia y Tesla) regresan con fuerza a las carteras de los gestores, impulsados por unas valoraciones más atractivas y unas cuentas trimestrales que refuerzan su modelo de negocio.

Los expertos de Goldman Sachs ya estiman una revalorización superior al S&P 500 para este año. “Esperamos que el crecimiento de beneficios impulse a los Siete Magníficos a superar al resto de valores del S&P 500, aunque con una magnitud menor que en años recientes”, apuntan. “El desempeño bursátil ha estado estrechamente ligado a una obtención de ganancias superior. A corto plazo, factores como valoraciones más bajas, posicionamiento ligero y el renovado interés por la inteligencia artificial deberían actuar como vientos de cola”, añaden en la firma estadounidense.

Las empresas tecnológicas de EE UU fueron de las más castigadas tras el anuncio, el pasado 2 de abril, del plan arancelario por parte del Gobierno estadounidense, que pretendía gravar masivamente la importación de productos extranjeros. Esta política generó un impacto inmediato en los mercados: aumentaron los temores a una ralentización del comercio global, se redujo la confianza inversora y se revisaron a la baja las previsiones de crecimiento. Las grandes casas de análisis incluso preveían una recesión en la primera economía del mundo.

El castigo bursátil se vio amplificado por el hecho de que los Siete Magníficos venían de registrar subidas vertiginosas en 2023 y 2024, lo que había elevado sus valoraciones a niveles que muchos consideraban insostenibles. También porque el plan de aranceles de Trump afecta especialmente a los productos provenientes de Asia, donde muchas de estas compañías fabrican sus dispositivos. Sin embargo, la reciente tregua entre EE UU y China, junto con la apertura del Ejecutivo de Trump a renegociar las condiciones arancelarias con el resto de socios comerciales, ha suavizado el panorama y reactivado el apetito por la renta variable y el sector tecnológico.

Se trata de un fenómeno curioso que permite a los Siete Magníficos dominar la escena inversora: cuando los mercados repuntan, las grandes tecnológicas lideran las subidas, pero cuando caen, siguen en el foco por su capacidad de recuperación. Tras el desplome que sucedió a la sacudida arancelaria, el S&P 500 ha conseguido entra en terreno positivo, mientras los Siete Magníficos siguen en pérdidas (el ETF Roundhill Magnificent Seven pierde un 5,5%). Esa divergencia abre la puerta a un mayor potencial alcista, consideran los expertos. Durante los dos años anteriores, la narrativa que impulsó las cotizaciones del sector fue el auge de la inteligencia artificial, que generó una auténtica fiebre inversora. Sin embargo, el entusiasmo inicial dio paso a una fase de consolidación. Las valoraciones se ajustaron, el crecimiento de los ingresos se moderó y los inversores exigieron resultados concretos más allá de las promesas. Ahora, con unas cotizaciones más razonables y un renovado interés tras los sólidos resultados del primer trimestre de 2025, las condiciones vuelven a alinearse a su favor.

“A pesar del bajo rendimiento en el precio de las acciones, los resultados del primer trimestre demostraron el liderazgo de los Siete Magníficos en los beneficios. Excluyendo a Nvidia, que presenta resultados el 28 de mayo, el resto de las compañías reportaron un crecimiento interanual del beneficio por acción del 28% en el primer trimestre, en comparación con un 9% para el resto del S&P 500. Además, superaron las estimaciones de ganancias del consenso en un 16% entre enero y marzo. Esta cifra ha sido la mayor sorpresa desde la temporada de resultados del segundo trimestre de 2021, cuando los Siete Magníficos superaron las estimaciones en un 27%”, detallan desde Goldman Sachs.

Según los cálculos de los analistas de la firma, la prima de valoración de las tecnológicas frente al principal índice de Wall Street se ha reducido a niveles no vistos desde 2018. Eso significa que en relación con el S&P 500 las tecnológicas cuentan ahora mismo con el precio más barato en los últimos siete años. Goldman Sachs prevé una revalorización del 3% para el S&P 500 hasta final de año y del 10% en los próximos 12 meses, lo que refuerza el argumento de que las tecnológicas pueden actuar como catalizadores clave en la segunda mitad del ejercicio.

Inversión en IA y resultados al alza

Más allá de las dudas que pueda despertar la inteligencia artificial y la capacidad de las empresas para rentabilizar sus usos, las inversiones en esta tecnología siguen moviendo miles de millones por todo el mundo. En los últimos días, durante la gira de Donald Trump por los países del Golfo asiático, se han formalizado importantes contratos para suministrar chips, entre los que destaca el acuerdo por el que Nvidia proporcionará componentes a Arabia Saudí y su nueva empresa Humain.

“Los datos más recientes de resultados sugieren que la IA ya está generando beneficios para las empresas y los inversores. En nuestra opinión, ni los niveles de gasto de capital en IA ni las valoraciones bursátiles actuales sugieren que estemos en una burbuja”, concluyen los expertos de JP Morgan.

Además, los analistas de UBS destacan que tras la publicación de resultados del primer trimestre, las grandes tecnológicas han mantenido en gran medida sus previsiones de inversión para este año y Meta la ha aumentado debido a la creación de centros de datos. Según las estimaciones del banco, la inversión en IA crecerá un 60% este año y un 33% adicional en 2026, hasta alcanzar los 480.000 millones de dólares.

“Este último avance subraya la expansión del mercado de IA, a medida que la inversión global continúa creciendo. El fuerte gasto destinado a avanzar en el desarrollo tecnológico debería seguir respaldando la sólida tendencia estructural de la inteligencia artificial en los próximos años. Por ello, creemos que las acciones tecnológicas deberían continuar recuperándose, apoyadas por un sólido crecimiento de beneficios del 12% o más, siempre que las noticias sobre los aranceles sigan mejorando. Preferimos una exposición diversificada a las principales empresas de internet y software, así como a compañías de toda la cadena global de suministro de semiconductores vinculados a la inteligencia artificial”, apuntan los expertos de UBS.

“La incertidumbre en torno a la política arancelaria ha desviado la atención de los inversionistas de otra tendencia importante: la inteligencia artificial. Incluso antes del Día de la Liberación, las acciones vinculadas a la IA se toparon con un muro durante la caída del mercado de valores estadounidense en marzo. Los inversores empezaron a cuestionarse si los llamados hiperescaladores continuarían con su agresivo gasto de capital, y si esas inversiones darían frutos. Los hiperescaladores, incluidos Amazon y Meta, afirman que siguen a toda máquina. Los analistas de Wall Street ahora están estimando un crecimiento del gasto de capital del 33% en 2025″, señala JP Morgan en un informe reciente.

Sin embargo, no todo son luces. Goldman Sachs advierte también de algunos focos de incertidumbre en el horizonte. Entre los principales riesgos figuran las investigaciones antimonopolio que enfrentan Alphabet, Apple, Microsoft y Meta, tanto en Estados Unidos como en Europa, y que podrían derivar en multas o restricciones operativas. A ello se suma la competencia interna en la carrera por dominar la inteligencia artificial, que se está intensificando a medida que las grandes tecnológicas apuestan por integrar la IA en todos sus productos y servicios. Un ejemplo reciente: el anuncio de que Apple estaría desarrollando su propio motor de búsqueda basado en IA provocó una caída del 7% en las acciones de Alphabet (matriz de Google), reflejo de la elevada sensibilidad del mercado ante cualquier movimiento estratégico entre estos gigantes.

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